miércoles, 16 de julio de 2008

La solución más elegante

Recuerdo que en clase de álgebra la solución más directa, la más sencilla, era siempre la más elegante, pero usualmente la más difícil de encontrar. En realidad podía tomar mucho tiempo 'descubrir' esta solución, pero al final del día podía ahorrar los suficientes pasos para justificar la inversión de tiempo y esfuerzo mental.

Como sociedad parece que nos hemos enfrascado en la 'carrera de ratas', viviendo sólo para pagar la renta, llámese techo, ropa, comida, entre otras necesidades básicas, sin invertir el suficiente tiempo para encontrar modelos más elegantes, que hagan la vida más sencilla.

También puede darse el caso de quien logra un éxito espectacular, pero ya no tiene tiempo para las personas más importantes: la persona en el espejo y los seres queridos.

¿Hasta donde somos libres para elegir el modus vivendi y hasta donde las obligaciones atan?

Me gusta contar el caso de una chica cuya historia leí hace algunos años. Resulta que esta joven eligió el siguiente estilo de vida: trabajar los primeros 6 meses del año en su estado natal de los EEUU y la otra mitad del año irse a vivir a una isla del Pacífico, en una cabaña rentada a la orilla del mar, de la forma más sencilla.

¿Está bien o mal hacer esto? Más bien la pregunta es: ¿es ella feliz viviendo así?

La sugerencia no es irse a vivir a una isla, sino reflexionar qué es lo que realmente quieres.

Creo que gran parte de la carrera de ratas es la competencia, ¿qué tiene el vecino y qué puedo hacer yo para igualarlo o superarlo? Comentábamos en 'El país más feliz del mundo' (Columna W8, 4 de julio, 2008) que nuestra felicidad está 'indexada' a la felicidad o status de los demás-no es absoluta sino relativa.

La pregunta es: ¿qué quieres tú lograr y cómo quieres tú vivir?

Algunos puntos para simplificar el estilo de vida y trabajo, para encontrar una solución más elegante:

1. Define claramente tu visión. La clave es empezar sabiendo lo que quieres lograr. ¿Cómo quieres trabajar, dónde quieres vivir, qué ambiente laboral te gustaría? Aquí no se trata de tener sueños guajiros, sino de auto-venderte un escenario ideal pero a la vez realista. Haz una introspección de tu vocación, tus propósitos, lo que tienes que incluir en este sueño y lo que te gustaría dejar atrás.

2. El tiempo es lo más valioso. Es el recurso más escaso y tener la libertad y la oportunidad de disfrutar tiempo con tu familia, con tu pareja, contigo, puede ser lo más preciado. Encuentra modelos de negocio para trabajar en tus términos y a tus horas.

3. Aguas con las rentas fijas. ¿Cuál es tu costo de vida?, ¿en qué estás gastando tu dinero? Piensa si tus inversiones son inteligentes y cómo las podrías optimizar para generarte el mayor retorno. Por un mes lleva las cuentas de forma detallada y recorta aquellos conceptos que sean gastos y no inversiones hacia tu libertad financiera.

4. Enfócate en lo esencial. Aquí aplica la Ley de Pareto del 80/20: Un 20% de tus actividades muy probablemente te generan o te pueden generar el 80% de tus ingresos. Concéntrate en ese 20% de actividades de mayor valor y delega o subcontrata el otro 80%. De nuevo: no desperdicies tu tiempo.

5. Crea negocios de ingreso pasivo. Identifica que negocios podrías echar a andar que te generen un ingreso constante con la menor intervención de tu parte. Busca literatura y recursos en este sentido. Puede ser una de tus mejores inversiones y podría generarte recursos de por vida.

* * *

Te recomiendo revisar el trabajo de Robert Kiyosaki, Robert G. Allen, Tim Ferriss, T. Harv Eker, entre otros autores, sobre temas de libertad financiera, ingreso pasivo (multiple streams of income), entre otros temas.

No existe una manera para 'comprar' la felicidad, pero sí existen soluciones elegantes para simplificar el proceso. De tu creatividad, enfoque y determinación depende vivir una vida más sencilla y con mayor libertad.

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