miércoles, 25 de marzo de 2009

Incubación

Anoche en una sesión con padres de familia, invité a hacer la siguiente reflexión: ¿cuáles son 5 pensamientos o creencias negativas que has tenido sobre tu persona de forma recurrente?

El resultado fue muy revelador: por lo general todos tenemos creencias y pensamientos negativos que venimos arrastrando por años y hasta décadas. Cada uno es el juez más estricto de si mismo. Pero resulta que, como muestra el ejercicio, el juzgarse a uno mismo no necesariamente tiene un efecto transformador.

Pero si hemos 'convivido' con un problema por muchos años, ¿por qué no hemos avanzado, por qué no logramos la transformación?

La metáfora perfecta se encuentra en el proceso de incubación de las aves. Supongamos que las conductas negativas y nuestras creencias con todo y sus efectos negativos están representados por una temida ave prehistórica, el oviraptor.

Y claro está, el temible animal no aparece así de pronto en su forma adulta, sino que tiene un proceso de incubación. En nuestra metáfora, el reproche, la auto-crítica y la preocupación tienen el efecto de incubar una criatura de estas (un devorador).

El reprenderte y sentirte mal por un aspecto de tu personalidad o de tu carácter, sólo refuerza lo que no te gusta. Tú no eres de una u otra forma, sino que actúas de una determinada manera. Es importante distinguir el ser, del hacer, el comportamiento. Tú no eres aquello que no te gusta de tu persona, sino que has incubado conductas -'monstruos'- que roban tu atención.

La clave entonces es no dejar que nazcan, y si ya lo hicieron, dejar de alimentarlos, de darles más 'cuerda' con nuestra atención y nuestra preocupación, temor y juicio constante. Hay que darse un descanso.

La solución es 'dejar morir' los conceptos negativos de uno mismo, porque de otra forma sólo logramos que crezcan y se sigan reproduciendo. La vía más rápida para deshacerse de lo 'malo' es enfocarse en lo 'bueno': incubar la especie de ave que tú quieres. En lugar de los temidos oviraptores, ¿qué te gustaría ver? (Aquí algunos ejemplos.

La vía más rápida para la transformación es identificar lo que quieres de forma clara y hacerte preguntas como: ¿qué puedo hacer para sentirme de x forma?, ¿cómo puedo desarrollar x hábito?, ¿cómo puedo lograr x cosa?

Te recomiendo como ejercicio identificar un pensamiento o creencia que te gustaría desarrollar. Haz una lista de actividades a tu alcance que lleven 5 minutos al día. Haz un compromiso contigo de realizar una de estas actividades por 21 días consecutivos.

Transformación es ponerle atención a lo que sí quieres, incubando lo que sí quieres.

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