jueves, 30 de julio de 2009

¿Qué es lo que realmente quiero?

Parece que muchas veces vamos por la vida tratando de minimizar los riesgos, de ahorrar para un día lluvioso, de prevenir, de protegernos de todos los males y olvidamos... vivir.

Aunque definitivamente es sano y necesario ser precavidos, muchas veces exageramos y olvidamos inyectar una dosis de espíritu aventurero.

En el libro "Becoming a Resonant Leader" de Harvard Business Press, los autores exponen el caso de James, un ejecutivo que parecía tenerlo todo.

James había logrado trabajos excelentes, hasta posicionarse como vicepresidente de tecnologías de información en una compañía mediana. Tenía además una relación amorosa con sus dos hijas y una excelente relación de pareja. Era devoto de su fe y contribuía parte de su tiempo a los proyectos de la iglesia. Pero no se sentía pleno; él sabía que algo andaba mal, ¿pero qué y por qué?

El problema, relatan, es que a James ya no le entusiasmaba su trabajo ni otros aspectos de su vida. Y cuando veía su futuro, más allá de algunos meses, sólo veía en blanco.

-¿Qué harías si te sacaras la lotería y ganaras $80 millones de dólares? -le preguntaron
-Manejar un camión y cruzar todo el país -fue se respuesta, que sonaba más a una ilusión de escape.
-¿Qué te haría sentir realmente pleno y que cumples tu propósito de vida? -le volvieron a preguntar.
-Enseñar a jóvenes con desventajas sociales que las computadoras pueden ser instrumentos para su libertad -respondió James.

¡Wow! Esto sí que es una intención clara. Y al expresarla, relatan los autores, la cara de James y su actitud cambiaron; fue como si una luz brillara intensamente. James comenzó a describir cuál podría ser su estrategia, los tipos de negociaciones que podría hacer con empresas y escuelas. En suma, su intención le inyectó un nuevo entusiasmo que hasta entonces se le había escapado.

* * *

La realidad es que todos tenemos este tipo de intenciones y momentos de gran claridad sobre lo que realmente queremos. Sin embargo, dichos sueños sufren un alto repentino con los pensamientos que les siguen:

1. ¿Cómo lo haré realidad? No veo la forma, la estrategia, los recursos...
2. Yo no soy la persona adecuada.
3. ¿Qué dirán los demás?
4. Necesito ganar de dinero... ésto no es seguro, es una aventura.
5. Etcétera...

Lo importante es recordar: si una idea, un proyecto, un sueño o intención realmente te emociona y observas que tu semblante se transforma, así como el de James, entonces tú eres la persona adecuada para iniciar o al menos, ser parte de ese sueño. Conforme se desarrolle el proyecto podrás decir si necesitas invitar a especialistas, que permita enfocarte siempre en tus fortalezas.

Uno de los errores consiste en abandonar el trabajo actual, fuente de sustento económico. Es preferible iniciar con pequeños pasos, en las horas libres o durante los fines de semana, hasta que la idea tome mayor forma y se consolide. Esto reduce considerablemente la presión psicológica: "¿y si fallo... de qué voy a vivir?" La mentalidad de todo o nada no es muy aconsejable.

Hagas o no hagas los demás hablarán de ti... preferible entonces hacer. Al mismo tiempo, busca aquellas personas sabias que te puedan brindar su consejo.

Una intención que te motiva y se lleva a la acción se convierte en un poderoso motor que te revitaliza. Comienza haciéndote la pregunta: ¿qué es lo que realmente quiero?

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