jueves, 21 de febrero de 2008

Comienza... sin dinero

Suena romántico (¡o absurdo!): el emprendedor que inicia con cero pesos en la bolsa, o menos (¡sí, con deudas!), y de la nada inicia un negocio que, después de muchos dolores de cabeza, desilusiones y retos, se convierte en un éxito. OK, no es muy romántico que digamos, pero usualmente, esta es la realidad. Uno de los mitos de quien inicia cualquier proyecto es que el emprendedor debe contar con grandes recursos económicos, para que el proyecto sea exitoso. La realidad es que iniciar con mucho dinero puede ser contraproducente (¿qué que?, ¿el autor de esta columna se volvió loco?)

Hace unos meses en escuchaba a un empresario argentino quien ha hecho su fortuna en las telecomunicaciones españolas, decir lo siguiente: 'si tú inicias un negocio aventándole montones de tu propio dinero, puede ser que inviertas en caprichos. Nada mejor que intentar vender tu idea a otros inversionistas para que tus ideas se refinen, y el modelo de negocio sea válido y realista.'

Me quedé sorprendido al escucharlo, ¿quién no sueña con tener fondos ilimitados para poder invertir en cualquier negocio que se le antoje? Sin embargo, al iniciar así podemos perder lo más valioso el ingenio y la motivación para que nuestra idea sea ganadora por sí misma.

La clave de todo negocio está en la propuesta única e irresistible que presentemos a nuestros clientes, ¿y cuál será la mejor manera para saber si tenemos una fórmula ganadora? Salir a venderla. Así de fácil (o difícil, ¡claro!)
Aquí lo importante es acortar el tiempo entre planeación y ejecución. Es preferible ver la versión 1.5 de tu producto ofrecida en el mercado, que la versión 9.0 todavía en tu cabeza, 5 años después.

No esperes a que las condiciones sean perfectas: un cielo esté despejado, las corrientes de viento a tu favor, y un tanque de gasolina lleno. La realidad es que tendrás que hacer escalas a lo largo del camino y sortear los malos tiempos, antes de llegar a un destino.

Aquí algunos consejos para iniciar... sin dinero:
  • Realiza experimentos controlados. Define el tiempo o dinero que quieres invertir y ponte un plazo para presentar tu idea al mercado. No se trata de renunciar a tu trabajo y vender todo lo que tienes para invertirlo en el negocio. Aunque podría ser el caso, ¿por qué no mejor iniciar con un experimento controlado?
  • Usa lo que tienes. No esperes a tener oficina, tres asistentes, y efectivo por 18 meses para poder iniciar. Usa los recursos que ya tienes a tu disposición.
  • Trabaja con tu red personal y de negocios. Identifica a aquellas personas que te pueden aconsejar y que te pueden abrir las puertas necesarias. Es un hecho que toda persona a quien quieras conocer está a 6 grados de separación de tí. Seguramente eres amigo del primo del compañero de escuela de aquel cliente a quien tú buscas... ya tienes la idea.
  • Cuidado con los gastos fijos. Enfoca tus recursos en la idea, en el modelo a prueba.Y reflexiona bien si es el momento para que tu negocio bebé pague el coche último modelo, lo más segura es que pueda esperar.
    Haz cambios. Al probar tu idea ponte muy atento a las reacciones de tus clientes. Pregunta, pregunta, pregunta e intuye qué funciona y qué no funciona. Prueba nuevas combinaciones, modifica las variables y vuelve a intentar.
  • Busca socios. Si te das cuenta que tienes entre manos una idea con gran potencial o potencial probado, analiza la opción de compartir el pastel.
  • No te aferres. Es de sabios replegarse, reflexiona bien las cosas, replantea tu modelo, y eso sí: vuelve a intentar.

Una idea que se prueba ante el fuego del mercado será refinada, purificada o depurada. Y así es mejor. Construye tu negocio alrededor de la oferta de valor, y verás que es muy factible iniciar sin dinero. De tu entrega, cariño y constancia dependerá lo demás.

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