viernes, 4 de julio de 2008

El país más feliz del mundo

De acuerdo al reciente estudio del World Values Survey, Dinamarca es el país más feliz del mundo. El estudio estuvo dirigido por el profesor de la Universidad de Michigan, Ronald Inglehart. 'Nuestros estudios indican que la prosperidad sí está vinculada con la felicidad, pero no es el factor más importante' aseguró Inglehart.

'La evidencia sí muestra que los países ricos son más felices que los pobres, pero una vez que se tiene casa, comida, ropa, el dinero extra no parece hacer más felices a las personas', dice Daniel Kahneman, profesor de la Universidad de Princeton.

¿Por qué no sentimos más felicidad a pesar del dinero extra y las cosas que se pueden comprar? Porque el cerebro se adapta al placer; y se convierte en necesidad o es necesario un estímulo creciente, ya sea comer un chocolate o comprar un coche nuevo. Sin embargo, el efecto en el cerebro se desvanece rápidamente.

En segundo lugar es que tendemos a ver nuestra vida comparada a la de los demás. Si aquellos con quienes nos comparamos tienen más entonces el cerebro lo procesa como infelicidad.

¿Qué nos hace felices? Los investigadores encontraron tres cosas fundamentales:
  1. Familia y amigos. Se encontró que los lazos de amistad tienen un efecto en la felicidad mayor que el del dinero. El matrimonio también tiene un efecto positivo en los índices de felicidad.
  2. Propósito de vida. Darle un sentido a nuestra vida aporta un profundo efecto. La creencia en algo más grande, ya sea religión, sentido de espiritualidad o una filosofía de vida.
  3. Metas de vida. El tercer elemento es contar con metas relacionadas con valores a largo plazo, y que sean placenteros. Metas que resulten interesantes y que requieran de la aplicación de habilidades y talentos, que sean retos.

Aunque la felicidad sí está vinculada al éxito económico, la libertad y la oportunidad para elegir el destino es lo que más aporta un sentido de satisfacción. La capacidad para determinar el propio destino, para reinventarse, y para elegir el mundo interior, independientemente de las circunstancias externas, es una característica distintiva del ser humano.

* * *

La clave está en recordar el orden: ser, hacer y tener y recordar que los tres ingredientes son importantes. No es necesario conformarse con uno solo, ni con dos, descartando otro elemento como innecesario o irrelevante; puedes ser la persona que quieres ser, puedes hacer lo que te apasiona y puedes tener lo que quieres tener. Sólo recordar que el tener no es el objetivo, sino el medio que te ayuda a ser y hacer.

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