lunes, 1 de septiembre de 2008

Abraham Levy y el Espíritu del Kayak

El 4 de octubre, 2007, Abraham Levy, joven de 27 años, originario de Colima, inició una travesía sin precedentes: un viaje en kayak por los litorales de la República Mexicana. Abraham es el primer hombre en el mundo que está recorriendo en un kayak de mar, totalmente solo, los 11 mil kilómetros de costas con los que cuenta México.

'Mi travesía comenzó en Coatzacoalcos y al momento he recorrido más del 80% de las playas de México sin gastar una sola gota de gasolina', apunta Abraham.

En sus propias palabras: 'A pesar de los riesgos que se me han presentado en el camino -como la vez que una ballena rompió mi kayak o la vez que casi me quedo sin agua en el desierto- no tengo duda de que en septiembre (2008) concluiré exitosamente esta hazaña con la que, más allá del reto deportivo que implica, pretendo contagiar a todo México sobre la importancia del cuidado de nuestras playas. '

¿Por qué elegir un kayak?

'Porque dentro de él todo depende de ti. No hay rutas y no dejas marcas visibles. Te permite navegar en esteros poco profundos y en mar abierto es como un espíritu en total libertad', comenta. 'Me dí cuenta que los sueños se pueden cumplir, aunque algunas personas pensaban que estaba loco, me han apoyado para realizar esta tarea'.

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El ejemplo de Abraham nos enseña que hay belleza en la 'locura'. Lo opuesto sucede al seguir el sueño colectivo, incuestionado, sin reflexionar por un minuto si el de los demás debe ser el sueño propio. Ante todo, Abraham manifiesta una firme intención, la expresión de su voluntad, que viene del espíritu.

Demuestra que en la unicidad de nuestras intenciones, de esas 'urgencias' por hacer algo, comenzamos a entender nuestra razón de estar aquí. Sólo al conformarte con un sueño que 'ni te va ni te viene' la vida deja de ser vida. La intención te hace vivir.

Otro aprendizaje clave de este sueño en acción es que para vivir seguros, sin riesgos, entonces es preferible dejar de hacer, de intentar. Si no queremos críticas, cuestionamientos, o que algo salga mal, entonces hay que quedarse de brazos cruzados, como espectador pasivo.

Abraham se atrevió, está tomando riesgos, y con el Espíritu del Kayak no sólo está sentando un precedentes en la historia del deporte y sumándose al mensaje de respeto a nuestro planeta, sino que nos recuerda que hay creer en los sueños, y lo más importante, hacer algo al respecto.

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Con un agradecimiento para Carlos Villaseñor por compartirlo en la Red W8.

Fuente: www.abrahamlevy.com

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