martes, 25 de noviembre de 2008

Cerebro plástico

¿Has notado los caminos que conectan edificios en un campus universitario o en un gran complejo gubernamental? Hace algunos años preguntaba al encargado de la planta física de la universidad cómo es que se habían pavimentado los caminos entre edificios con ciertas rutas específicas. La respuesta fue la siguiente: "dejamos por meses que la gente caminara sobre el pasto, encontrando las rutas más eficientes, hasta que los caminos fueron evidentes, y entonces pavimentamos estas rutas, creando los caminos formales".

Nuestro cerebro de una forma parecida. A fuerza de repetir ciertas acciones y pensamientos establecen los senderos neuronales. Las primeras conexiones entre los circuitos neuronales se fortalecen y se convierten en una ruta automática -se forman los hábitos.

Una peculiaridad de nuestro cerebro es que encierra muchos circuitos en poco espacio y para lograr la mayor eficiencia con tan poco espacio necesita extinguir las conexiones no utilizadas. Por ello, la repetición es la clave. A más repeticiones de un camino neuronal, más densa será la conectividad interneuronal y más fuerte será el hábito en cuestión.

La neuroplasticidad es la posibilidad que tiene el cerebro para adaptarse a los cambios o funcionar de otro modo cambiando las rutas que conectan a las neuronas. Esto genera efectos en el funcionamiento de los circuitos neuronales y en la organización del cerebro. El cerebro es considerado un órgano extremadamente dinámico.

La educación de los padres no puede cambiar los genes pero si va esculpiendo los circuitos neuronales y así generando nuevos hábitos.

De niño, el médico estadounidense, Milton Erickson vivía en un pueblo donde los inviernos eran muy crudos y nevaba mucho. Al despertarse era el primero en salir y pisar la nieve del camino que conducía hasta la escuela. Iba caminando en zigzag dejando un camino irregular. El siguiente niño que hacia el camino seguía inevitablemente esa ruta y lo mismo todos los otros niños.

¿Qué hacer en nuestras vidas si parece que no podemos cambiar? Primero hay que entender que nuestra conducta es producto de estos caminos neuronales, y que los hemos creado por medio de repetición. Luego hay que recordar que el cerebro es "plástico", es decir, lo podemos moldear, creando nuevos caminos, a nuestra conveniencia.

Acto seguido, hay que ponerse a trabajar en crear los caminos deseados. Tal como en el ejemplo de los caminos en la universidad, hay que empezar a "abrir brecha" por otras rutas. Quien por ejemplo le cuesta trabajo levantarse temprano, lo que tiene que hacer es comenzar con una prueba de 21 días, donde -contra la voluntad- ponga la alarma más temprano a la hora deseada por espacio de 21 días, que es lo que le toma al cerebro para crear un nuevo hábito. Al principio será difícil -porque está más grabado otra conducta- pero al final de los 21 días de conducta ininterrumpida, será más natural.

La clave es entender que fisiológicamente nuestro cerebro está perfectamente equipado para cambiar y que es a base de repetición -de caminar y caminar por el mismo sendero neuronal- que creamos nuevos patrones... aquellos que nos convienen, y que son producto de nuestra voluntad, no de la casualidad.

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